Las "Hermanas misioneras de la Restitución", no pertenecen a la Iglesia católica
Recientemente el Arzobispo de San Juan de Puerto Rico, actual presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña Roberto González Nieves, prohibió a esta organización mediante decreto fechado 14 de Noviembre de 2006. Asimismo, se advirtió que los llamados sacerdotes "Misioneros de Cristo Sacerdote", que nació del movimiento de veneración a la Virgen del Pozo, "no están autorizados a ejercer el ministerio en Puerto Rico" y que las Hermanas misioneras de la Restitución, "no han sido aceptadas oficialmente en ninguna diócesis". Y además agregó que de acuerdo a los criterios establecidos por la Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe (dicasterio del vaticano) con respecto a apariciones y fenómenos sobrenaturales, y tras numerosas investigaciones, se concluye que en Puerto Rico nunca hubo aparición de la Virgen, en un pozo en el barrio "Rincón" de Sábana Grande en 1953.
Cuando el anterior decreto salió en la prensa Puertorriqueña, el grupo sectario "misión Virgen del Rosario del Pozo", acostumbrado a ocultar su doctrinario interno, negó rotundamente las acusaciones que se le hacían y dijo que el documento del Arzobispo era inválido (subjudicia) y apeló públicamente a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma.
La respuesta por este dicasterio en el Vaticano, fue dada el día 19 de Enero de 2007, con un documento que apoya y reitera la vigencia del decreto dado por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger -hoy Papa Benedicto XVI-, con fecha 19 de Septiembre de 2002. Donde especifica claramente que le prohíbe a los promotores de estos grupos, emitir promesas que conlleven compromisos notables y inculcar doctrinas que pudieran ser consideradas ocultas y confidenciales, además agrega que todas aquellas personas que han emitido promesas en estos grupos, pueden considerarse libres de las mismas.
El nuevo decreto de 19 de Enero de 2007, agrega la metodología a seguir, para establecer una sanción canónica "entredicho" a las personas físicas que hayan violado el decreto del 19 de Septiembre de 2002.
Sin embargo el problema aquí, claramente radica, en el hecho de que estas personas no sostienen públicamente sus convicciones secretas, puesto que antes de entrar al grupo, juraron callar sobre una Biblia que todas aquellas ideologías reveladas intencional o accidentalmente por el grupo, las callarían. Estamos ante tácticas sectarias. Estamos ante un grupo que engaña, que no le importa mentir, ni le importa tener una doble moral, pues los líderes de este grupo se enfrentan inevitablemente a esta disyuntiva, debido a que ellos quieren dar la apariencia de ser un grupo católico, y no quieren establecerse como una secta formal, pues obviamente esto sería para ellos desastroso en términos de captación de adeptos y en términos de recaudación de dinero, dentro de una sociedad mayoritariamente católica.
Los sacerdotes contratados como abogados por el líder del grupo "la misión" en México, Roberto Ortiz González, son: Los doctores en derecho canónico de la Universidad Pontificia Mexicana , Mons. Dr. Jorge Luis Roque Pérez y Pbro. Dr. Luis de Jesús Hernández Mercado, ellos, han dado a los adeptos de esta dinámica sectaria, llamados "promulgadores" un documento con fecha 15 de Marzo de 2007, en el cuál explican la situación jurídica actual del grupo. Asumiendo y dando por hecho, que el grupo es un simple promotor de una "devoción mariana". En vez de corregir, estos sacerdotes continúan su apoyo a este entidad peligrosa y más aún han enviado a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe y al Consejo Pontificio para los Laicos en el vaticano, con fechas 13 y 14 de Febrero, paquetes con los estatutos y directorios que fueran de conformidad a los criterios establecidos para aprobar un grupo católico.
Lo que es muy grave en este asunto, es que Mons. Dr. Jorge Luis Roque Pérez invitado por los líderes de esta secta a Guadalajara, a una reunión interna semanal denominada "reunión de misión”, fue advertido al día siguiente por la Arquidiócesis de Guadalajara el 15 de Agosto de 2006, sobre el actuar sectario del grupo denominado, misión de la Virgen del Rosario del Pozo, dándole un estudio formal por escrito, conforme a los criterios establecidos por la Conferencia Episcopal Latinoamericana, (CELAM) para identificar las características de una secta y las coincidencias de estas características con las prácticas y doctrina internas, llevadas a cabo por el grupo "misión" de la Virgen del Rosario del Pozo.
Qué es y Quién está detrás
La Misión de la Virgen del Rosario del Pozo no es un grupo católico. Es un grupo sectario de personas organizadas piramidalmente de 7 en 7. Formado por personas llamadas “promulgadores” o “promesados”. Es un grupo que secretamente está separado de la totalidad cristiana, que se cree poseedor de la verdad absoluta, se cierra sobre sí en torno a estructuras de jefes y subjefes (padres e hijos espirituales). Se cree formador y parte de una “nueva estirpe de cristianos verdaderos”, elegidos al margen de los demás bautizados, y actúa proselitistamente.
El grupo parte de una serie de mensajes privados de índole sobrenatural dejados, -según el vidente Juan Ángel Collado- en una aparición de la Virgen María en 1953. Aunque la parte práctica y más espectacular de sus doctrinas son reveladas a través de Juan Ángel Collado exclusivamente a los “promulgadores”. Este supuesto vidente es dirigido -dice él- por su “padre espiritual” un ser de ultratumba milenario denominado “Kiekiu” o “k” el cuál difunde mensajes tremendistas en contra de los mismos promulgadores si no obedecen a sus líderes y si no traen nuevos adeptos al grupo de “la misión”.
El grupo para los llamados “promulgadores” es la clave existencial, tanto en teoría como en la práctica, es un grupo cerrado con una supuesta espiritualidad y cultura propias. Les hacen ver a los “promulgadores” que su vida de salvación, predestinación, perfección y mística se la deben al grupo. Esperan formar una generación de superhombres, (de seres plenos, perfectos, inmortales), que ponen la voluntad de Dios manifestada en sus líderes, como prioridad de vida y que lograrán la culminación en plenitud del Reino de Cristo en la tierra.
Ellos tratan por todos los medios posibles de identificarse como católicos, promotores del rezo del Rosario, de los sacramentos, de las virtudes. Llevan imagencitas de su advocación del Rosario del Pozo por las casas, videos con supuestos milagros del sol danzando, con testimonios de curaciones, con supuestos frutos.
Difunden una advocación no aceptada por la Iglesia Católica, “La Virgen del Rosario del Pozo”. Su estrategia pública es tomar prestado las prácticas y doctrinas de la religión católica para dar la apariencia de católicos prácticos, ganar la confianza de la gente y muchos adeptos. Su principal objetivo es el proselitismo. Desde luego no es nada sencillo para ellos lograr adeptos para su grupo, pues las personas tienen que ir pasando por una serie de etapas, donde se tienen que ir desapegando de su familia, de la sociedad, para irse adentrando en la actividad del grupo.
Al final de este proceso las personas llamadas “candidatos a hijos nuevos” deben estar plenamente identificadas con los objetivos del grupo, al aceptar que los líderes del grupo son “depositarios de la voluntad” de la Virgen María y al aceptar una eventual excomunión de la Iglesia católica, es entonces que puede ser aceptado a formar parte del grupo de los “promulgadores” o “promesados” y ahora sí “conocer sus secretos” previo una especie de rito-ceremonia de iniciación, (imposición de sellos y un juramento de confidencialidad) delante de todo el grupo. Ellos tratan de explicar que esta ceremonia secreta es como una especie de voto religioso, llamado “la promesa”.
¿Para qué es todo lo anterior? Pues obviamente -les dicen los líderes- que toda obra necesita de dinero, pues necesitan llevar metas económicas al grupo y aparte de eso, financiar todas las actividades y corporaciones que ayudan al grupo a crecer en su meta proselitista y “llevar su mensaje al mundo”.
Las personas que están al frente de este grupo son:
Juan Ángel Collado Pinto. Supuesto vidente y el fundador de este grupo en 1984.
Humberto Mercader. La persona que está a la cabeza de la estrategia de defensa de este grupo. Encargado de promover entre los miembros del grupo sectario, vocaciones sacerdotales. Fue a Roma en varias ocasiones para denunciar en periódico, a los Obispos de Puerto Rico, y de paso tratar de convencer al Consejo Pontificio para los laicos supuestamente por lo numerosísimo de su grupo, que les aprobaran su obra. Este hombre no tiene reparos para decir ante los “promulgadores” claro está, que Juan Ángel Collado es mejor que el Papa Juan Pablo II, porque es más directo para dar un consejo para la salvación; consejos que van encaminados al proselitismo y promoción de su grupo “la misión” obviamente.
Ricardo Ramos Pesquera. Fue presidente de la asociación de devotos de la Virgen del Rosario del Pozo ahora ha sido removido a encargado de la espiritualidad del grupo. Este hombre se ha encargado de sublevar a un sector de la población puertorriqueña, contra la Iglesia católica. Con discursos en los que se auto posiciona como mártir, víctima de abusos por parte del clero puertorriqueño, por prohibir su devoción a la Virgen del Rosario del Pozo con todo lo que ello conlleva. El dice en sus discursos supuestamente que lo único que quiere es rezar el Rosario, que haya misa en el lugar de las apariciones, que dejen al pueblo expresar su fervor, es decir medios populistas donde se recurre al engaño para poner al pueblo en contra de la Iglesia local. Cuando en realidad lo que se quiere es dejar libre y bajo aprobación las “herramientas espejismo” para tender una trampa para poder atraer gente a su grupo sectario